El caso Parmalat es uno de los casos más grandes de perdida de confianza publica por motivo de fraudes cometidos por directivos y administradores dentro de la empresa. Este escándalo cuestiona el punto en el cual la empresa había desarrollado relaciones tan solidas con sus stakeholders para que estos no hayan podido "notar" las irregularidades en la empresa.
En el año 2002, Parmalat era una multinacional del sector alimentario que se había hecho conocida por su gama de productos lácteos. La empresa era uno de los grupos económicos más grandes de Italia gracias al apoyo de los bancos más grandes del mundo; en consecuencia, contaba con mas de 36 000 empleados distribuidos a lo largo de 18 países. La empresa tenia ingresos por más de 7600 millones de euros y una calificación crediticia positiva. En consecuencia, tenían acciones supuestamente seguras.
El inicio del colapso fue cuando el gerente financiero, Fausto Tonna, emitió bonos por más de 500 millones de dolares. Este hecho se realizó falsificando todo tipo de documentación bancaria a través de fotocopiadoras y scanners. Asimismo, no se cambio de auditor por que la empresa cambiaba constantemente de dirección, ya que según la ley italiana se tiene que cambiar de auditor si la empresa tiene como sede la misma dirección. En adición, grandes bancos nacionales e internacionales ayudaron a inflar cifras y reducir perdidas durante 15 años. Es decir, los balances generales entregados durante más de una década eran ficticios. A través de todo este fraude se llegó a tener cifras de falsificación por 14 millones de euros. La suspicacia generada en las personas y en Deloitte provocó que esta última el 11 de Noviembre del 2003 se negará a aprobar las cuentas de ese semestre debido a irregularidades. En consecuencia, Parmalat cayó un 8% en las bolsa de valor de Milán. Sin embargo, el escándalo no se vio sumamente expuesto si no hasta el descubrimiento de un falso documento supuestamente emitido por el Bank of America que acreditaba la existencia de una cuenta por más de 3950 millones de euros en las Islas Caimán. Este documento había sido falsificado por empleados de Parmalat bajo las ordenes de el gerente de finanzas, Fausto Tonna.
Los principales responsables de este fraude fueron Calisto Tanzi, dueño y fundador de Parmalat, quien por su afán expansionista dio ordenes de esconder los agujeros en los libros contables. Por otro lado, Fausto Tonna, el gerente financiero, quien encubrió las perdidas; Giovanni Bossini, quien falsifico las cuentas; Luciano del soldado, quien desvió las cuentas a paraísos fiscales, Giovanni Franco y Claudio Pessina, quienes eran los auditores internos quienes falsificaban cuentas.
Bank of America denuncio ante el tribunal de Milán a la empresa. A esta se le atribuyo los delitos de falsedad contable, especulación y estafa. Tanzi admitió haber desviado 500 millones de euros a la empresa de turismo de su hija y al club de fútbol de su hijo, Parma. Asimismo, admitió haber gastado 7000 millones de euros en falsos certificados de deposito o de recompra de bonos. Finalmente, luego del análisis de PWC este aseguró que Parmalat tiene una deuda de más de 18 millones de dolares.
En consecuencia a lo acontecido, el presidente Berlusconi aceleró la aprobación de un decreto de ley para permitir salvar a grandes empresas insolventes. Las condiciones eran que estas superen a los mil trabajadores y que tengan deudas mayores a 100 millones de euros. A través de este nuevo decreto de ley se busco que casos como los de Parmalat no vuelvan a ocurrir y que toda la cadena de valor no se vea afectada (proveedores de leche, trabajadores de toda la industria, accionistas, etc.)
El impacto económico de este escándalo alcanzó el 1% del PBI italiano. Por ende, afecto a la economía del países y a la de los países en los cuales la empresa operaba ante la falta de oferta de la empresa italiana.
Este caso nos lleva a la reflexión de que si se hubieran podido detener las cosas antes. Deloitte recibió una alerta a inicios del 2001 de Wanderley Olivietti, auditor en Brasil de Deloittle informando sobre operaciones de una subsidiaria en Islas Caimán de Parmalat. Sin embargo, Deloitte Italia no encontró ninguna operación fraudulenta por lo que siguió respaldando a Parmalat hasta que el fraude salio a la luz en gran magnitud.
El caso de Parmalat no solo creo un clima de "desconfianza" entre los grandes empresarios del mundo. También genero perdidas monumentales a los principales proveedores la materia prima; es decir, al productor primario, quien hasta hoy exigen una indemnización por las grandes perdidas. Asimismo, se dejó sin empleo a miles de trabajadores de Parmalat que no tenían ningún tipo de vinculación en el caso.
Fuente:
Caso de Fraude Parmalat:
Analisis de Caso Parmalat:
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